Portafolio de Laab Akaakad

Portafolio de Laab Akaakad
Mi haber como Editor - Escritor y corrector - Si haces Clip en la imagen se abrirá el Portafolio

martes, 3 de mayo de 2011

La Vida La Calle Y El Ser Humano

INSPIRADO POR UN TRANSEÚNTE, DE LA VIDA, LA CALLE Y EL SER HUMANO


LA VIDA LA CALLE Y EL SER HUMANO

Caminaba perdido en la selva de concreto aquel día cuando todo lo perdí

La mujer que tenía por dama solo había sido un espejismo mudo al azar

Doce años, dos hijos nacieron, de aquel idilio como gotas del agua al amanecer

Como humano reí, lloré grité y extrañado de no saber el ser de mi camino

 

Habían secuestrado mi cuerpo, mis pensamientos, presente ella como testigo

Te considerabas infalible, virtuoso y heroico, ahora soy yo quien tengo el poder

Los dos acompañantes saciados me atormentaban a insultos, tortazos y golpes

Preparaban  el somnífero que me sumió en el olvido entre la negra noche.

 

Invadido de onirismo luchaba contra aquella pesadilla de pena insoslayable

Sin saber de los cuántos días, desperté abatido por mi raudal memoria

Aun creía que la pesadilla continuaba, miré hacía mis pies y nada me arropaba

Desnudo me encontraba, tirado en el piso como mendigo sin casa.

 

Pensé entre la penumbra que robaba el rostro de mis pies, mis manos y mi cara

Mi espíritu arrodillado cuidaba el raptado por dos secuaces y mi esposa;

Comprendí que el amor había llegado a su final al igual como mis días

No saber cómo despertar, que hacer, que pensar en la pesadilla enmudecida.

 

Pasaron no sé cuántas horas pero llegó el día de los martirios y más tortura

Abatido contra el suelo Pude gritar, quieren dinero pero cesen ya los golpes

Nada escuchaba, hasta que del cansancio de ellos escuché en silencio sepulcral

Morirás, sino vomitas tu silencio, cual silencio pensé y de que trato me hablaban

 

Querían todos los secretos que durante años había guardado mi pensamiento

Recordé el instante de las preguntas que hacía la periodista cada dia de sexo

Supe que durante doce años había dormido con la mujer, enemiga de mi destino

Si, la desvergonzada mormona que fungía como ni esposa, tejía su fortuna.

 

Vi mí ser hombre llorar en cualquier lugar, otros riendo por muchas cosas;

Al instante replicó mí espíritu: quien así ríen alguna vez llorarán al mismo tiempo.

De la vida la calle y el ser humano muchas cosas han de esperarse en adversidad,

Vi mi espíritu consagrado y los años que habían de pasar, no moriré me dije.

 

Logré liberarme mientras morían los desalmados hombres considerados incólumes

Di parte a las autoridades y a las leyes, mientras ella desaparecía casi de la tierra

 seis meses hice de agente secreto, la localicé en una pocilga de barriada

Quería hacerme pasar por desquiciado, excéntrico, haciéndose la hostigada.

 

Del peso y el rigor de la ley y la justicia, de ser acusador pasé a ser acusado

Defensa inmediata, los hombres perdemos todo y para nosotros no hay resguardo

Inventó la historia que andaba mendigo y por tal había pensado en resguardarme

Mostré las fracturas de mi cara, mis costillas y como perdí algunos dientes

 

fiscal y el forense se percataron de hacer los análisis  de siempre y de costumbre

asentaron la denuncia que encubría aquella canalla que se hacía pasar por cristiana

Su compañía era el obispo mormón a su favor actuando como otro gran canalla

Hasta donde llegaban estos mormones infatúo para tapar sus más viles patrañas.

 

Es la vida la calle y el ser humano desvalido deleznable que es truncada su defensa

partí hacia otro estado, porque saliendo de un banco me lanzaron metralla

Me tiré contra el pavimento y por milésimas casi muero, de nuevo expiro

lo bancario donde lo que me quedaba mancomunado había sido raspado.

 

Todo perdido, y La casa que tenía en mi ciudad natal por poco casi me la arrebata

Meses deambulado por ciudades, la nostalgia me invadió por no conseguir refugio

No visité familia para no exponerlos a ellos, creían que viajaba como magnate

Decían por teléfono, por fin te quitaste de encima a la fungida periodista fulana.

 

Nadie sospecharía en el tiempo, la vulgar delincuente se hiciera pasar por patriota

Reporteando indemne e ilesa en medio de los rojitos del gobierno entremezclado

Aprovechó polizontes y fungiendo  de inocente me mando a extorsionar

Pero cayeron por la ley y sentenciados los esbirros están pagando el descaro.

 

Ahora veo a mis hijos desde la distancia, pues ella los contagió con sus argucias

La niña es una princesa de dieciséis años ahora, el varón un pavo de diecinueve

Pasado ocho años y del sanador de cuerpos que fui, ahora escribo mis memorias

Brotó de nuevo el escritor que en aquella época de vivencias menguado reposaba.

 

Conocí calles solitarias, la paz en noches de plazas infructuosas, tedio y melancolía

En olvido pasé desapercibido, de sanador médico convertirme en omnibusero

Recorrí américa latina, desde Caracas, cumbres bolivianas, llegar a la Patagonia

Meses de conocer gente, meditar, escribir y dormir en compartimento de autobús.

 

El noble corazón brinda dicha y no deja sollozar. Ahora rio, anoto los recuerdos

Salvado por editor de realidades, del olvido las cartas y poemas que nunca envié

Libros y notas inéditas la innombrada había quemado por venganza a mi memoria

feliz escribo, antiguas notas, amando a la doncella de mis peregrinos sueños 

 

Mi doncella es adorable, de ella jamás he de preocuparme ni siquiera cuando sale

Lo perdido, Dios me lo repuso sin olvido, porque ella es más bella que cualquiera

Su alma y corazón es de musa que vuelve de lejos a cantarme viejas canciones

sintiéndome como adolescente que halla en el camino a una princesa rica añorada.

 

Laab Akaakad.

Una tarde aromática de abeto y bayas silvestres, parado desde el mirador de mi morada, veía deleitado arboledas araguaney de oro y violeta, ...