Por las
madrugadas veo al Espíritu de Dios visitar a los vivientes, y comprendiendo
estas visiones entiendo que la vida pende de un hilo celeste y que el hombre se
resiste aceptarlo.
Estamos en
una prueba irrefutable en un momento histórico del vivir en medio de una
pandemia global, de un patógeno diezmando a la humanidad, un mal desprovisto de
bien y caracterizado por destruir sin contemplación. Pero las personas no quieren observar el mensaje, o doblan las rodillas y
el hombre busca su arrepentimiento o el planeta quedará con muy poca gente.
Revisemos qué dicen las sagradas escrituras y sin delirios aceptemos las conclusiones:
Sólo el Dios, el Único, Dios de misericordia puede detener esta pandemia que flagela a la humanidad. Es una buena reflexión desde tu experiencia personal y este virus que vino a ocupar un lugar entre todos nosotros.
ResponderEliminarAmigo Iluminado. Bien cierto es que Dios nos ha dado la oportunidad de aprender a ser obedientes, y es la prueba que tenemos que pasar, quien sea obediente tendrá su recompensa, así como el que sea agradecido por tener vida sin que haya sido tocada con la muerte. Un abrazo
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